En ocasiones crear buenos hábitos puede ser un gran reto, pero una vez que logremos que se queden con nosotros nos beneficiran de por vida ¿cierto? Así que hoy vamos a hablar de cómo transformar nuestras buenas intenciones en sólidos hábitos.

¿Qué son los hábitos?

Los hábitos son un truco del cerebro para ahorrar tiempo automatizando tareas. Es la razón por la que miramos a ambos lados antes de cruzar la calle, por qué cerramos la puerta cuando salimos de casa, por qué nos lavamos los dientes antes de irnos a la cama. Son cosas que ni siquiera nos damos cuenta de que las estamos haciendo.

Los hábitos son tareas que tenemos tan interiorizadas que nos permiten vivir gran parte de nuestra vida en piloto automático y nos dejan espacio en nuestro cerebro para dedicárselo a cosas nuevas que queramos hacer o aprender.

Sin embargo, si has intentado alguna vez implementar un hábito nuevo, te habrás dado cuenta de que es bastante complicado que ese hábito venga para quedarse. Hoy quiero contarte algunas herramientas y técnicas que te pueden ser muy útiles para implementar tus hábitos de manera efectiva y sostenible. Muchas de las técnicas que hoy te voy a contar vienen del famoso libro Atomic Habits o Hábitos atómicos de James Clear. Te dejo el link abajo por si te interesa darle un poco mas de caña a todo este tema de los hábitos.

Qué tienes que saber antes de empezar a crear un hábito

Antes de ni siquiera plantearte empezar a formar un hábito. Hay dos cosas que tienes que tener en cuenta.

1. El papel del TIEMPO en la adquisición de hábitos.

Las acciones que hacemos como parte de un hábito normalmente son muy pequeñas, pero si las repetimos durante el tiempo adecuado pueden tener un gran impacto en nuestra vida. Por ejemplo; si creamos el hábito de limpiar nuestro escritorio todos los días cuando terminamos de trabajar esto nos ayudará a empezar el día siguiente libres de cualquier distracción y como resultado ser un poco mas productivos. Al principio el impacto de estas pequeñas acciones puede parecer insignificante, pero si repetimos estas acciones durante un año el impacto en nuestra productividad puede ser gigante. En conclusión, tenemos que dejar de ver cada acción de forma aislada y verlas como un conjunto.

2. Nuestra IDENTIDAD para la formación de hábitos

A menudo creemos o nos han dicho que tenemos que tener grandes objetivos, como por ejemplo “tengo que correr una maratón a finales de este año”. No me malinterpretes, esta genial tener grandes metas y por supuesto que, eventualmente, conseguirás mejoras. Sin embargo, si la intención es cambiar de verdad nuestro comportamiento es mucho mas efectivo focalizarnos en la identidad deseada, como por ejemplo ‘quiero llegar a ser un gran corredor’. Una vez que decidamos que clase de persona queremos ser entonces podemos empezar a crear los hábitos que formen esa identidad. Y si queremos saber cuales son esos hábitos solo nos tenemos que preguntar a nosotros mismos, ¿qué hábitos tiene esa persona? ¿Qué haría un gran corredor? Seguramente nos salgan cosas como correr 3 veces a la semana, o comer de manera saludable o tener una rutina de recuperación. Una vez que tenemos esto, solamente tenemos que repetirlo una y otra vez.

Técnicas para implementar hábitos

1. Que sea ESPECIFICO

Para crear un hábito sólido es importante que seamos específicos. Hay que ser detallista al máximo, todo lo que puedas, dónde lo vas a hacer, cuándo, cuántas veces…

Si tu nuevo hábito es llevar una vida más saludable, lo más seguro es que no lo consigas, ya que es muy abstracto. Sin embargo si empiezas por hacerte un batido de frutas de lunes a viernes, a las 5 de la tarde después de prepararle la merienda a los niños, las probabilidades de éxito son muchas más.

2. La MENTALIDAD es la clave

Para estar seguros incluso de que queremos empezar un nuevo hábito tenemos que asegurarnos de que el proceso nos va a resultar lo más placentero posible y nuestra mentalidad es lo que va a determinar que disfrutemos o no de algo y, sobre todo, que esa mentalidad no tenga la connotación de obligación. Si por ejemplo; queremos empezar a cocinar más en casa y nos decimos un domingo por la tarde, “puff tengo que hacer la comida para la semana”, lo mas probable es que nos sintamos obligados a hacerlo y acabemos desechándolo como hábito. Sin embargo si en lugar de decir tengo que… lo cambiamos por el verbo poder, “puedo cocinar para la semana” y además piensas en todo lo que te traerá positivo te resultara mas fácil hacerlo semana tras semana. Nuestra mente es poderosa y no es lo mismo obligarte a cocinar cuando no te apetece que cocinar porque quieres y para conseguir todo lo positivo que esto te puede dar.

3. Quita OBSTACULOS del medio

Para asegurarnos de que no tiramos la toalla incluso antes de empezar tenemos que quitarnos del medio todo lo que pueda suponer un obstáculo. Por ejemplo, si lo que quieres es hacer más deporte intenta facilitarte la vida dejando las zapatillas y la ropa preparada en la puerta el día anterior. Si el problema es que si pisas tu casa ya no sales, llévate la ropa contigo y ve directamente desde el trabajo. Facilítate la vida. Una vez te hayas quitado los obstáculos del medio, asegúrate de que el hábito en si tampoco es un obstáculo y en lugar de marcarte objetivos que pueden agobiar cómo puede ser hacer deporte 6 veces a la semana durante hora y media empieza por algo mas pequeño y ve aumentando con el tiempo y conforme te vayas sintiendo cómodo.

4. Establece RECOMPENSAS

También es importante intentar tener una recompensa inmediata para los hábitos. Es lo que tienen los buenos hábitos, que con la mayoría de ellos obtienes recompensas a largo plazo. Así, si tu objetivo es aumentar la masa muscular puedes ir al gimnasio 4 veces por semana que notarás como crecen tus músculos después de 6 meses, ¿Pero que pasa cada día que sales del gimnasio después de una hora esforzándote? Ahí es donde tienes que encontrar tu recompensa, puede ser tomarte un café con una amiga cada vez que sales del gimnasio, o en mi caso un par de minutos de meditación y estiramientos harían el trabajo y eso es lo que me impulsa a hacerlo al día siguiente.

5. Haz que tu ENTORNO colabore

Nuestro entorno juega un papel fundamental en la formación de nuevos hábitos. Por ejemplo, si tu ves mucho la Televisión pero quieres empezar a leer más, intentar hacerlo en el sofá donde ves la tele será bastante difícil, sin embargo si encuentras un sitio nuevo que conviertas en tu rincón de lectura, con el tiempo asociaras ese lugar con tu nuevo hábito, lo que te ayudará a empezar a leer cada vez que te sientes ahí. Igual que el lugar, también es muy importante la gente de la que te rodeas. Es naturaleza humana intentar adaptarnos a nuestro entorno con lo que si te rodeas de gente que lee, será un aliciente más para que ese hábito se quede en tu vida.

Resumiendo si logras que tu hábito sea lo suficientemente especifico, enfocar tu mentalidad de la forma adecuada, eliminar todos los obstáculos que te puedas encontrar, te estableces tus pequeñas recompensas a corto plazo y consigues que tu entorno sea favorable tienes el éxito asegurado, solo tienes que dejar que el tiempo haga el resto del trabajo.

Hasta pronto 👋🏼