En el increíble mundo de las redes sociales, muchos viven sus vidas observados por un público virtual. Para aquellos de generaciones anteriores, la idea de compartir detalles de tu vida con un montón de desconocidos puede parecer extraño. Pero para los jóvenes actuales, obtener “likes” en fotos, publicaciones o comentarios en el mundo virtual puede dar una poderosa sensación de realización y aceptación de la comunidad.
Pero, ¿puede esta constante búsqueda de aceptación provocar pensamientos negativos respecto de la imagen corporal? ¿Puede la interminable comparación con las fotos de otras personas en Internet hacer que alguien se sienta insatisfecho con su propia apariencia?
Un estudio realizado por la Universidad Estatal de Florida y publicado por la Revista Internacional de Trastornos de la Alimentación descubrió que un grupo de mujeres a las que se les pidió navegar en Facebook durante 20 minutos experimentó una mayor insatisfacción corporal que aquellas que pasaron 20 minutos investigando sobre felinos de selvas tropicales.
Para las jóvenes con tendencias al perfeccionismo, ansiedad o trastornos de la alimentación, las imágenes (a menudo mejoradas digitalmente) de mujeres delgadas en Internet pueden hacer que relacionen la delgadez con la felicidad. El reconocimiento de sus propias fotos por otros usuarios en las redes sociales (“¡Estás genial!”, “¿Has perdido peso?”) puede satisfacer falsamente su necesidad de aceptación, distorsionando aún más la imagen que tienen de sus cuerpos.
Si bien las redes sociales no son la causa de la baja autoestima, cuentan con todos los elementos adecuados para contribuir a ello.
Existen varias teorías que pueden explicar cómo el uso de redes sociales, como Instagram, Facebook o Twitter, afecta a nuestra imagen corporal.
Teoría de la comparación Social
Leon Festinger, psicólogo americano y especialista en disonancia cognitiva y comparación social, propone que las personas se comparan con sus similares para establecer su posición y/o autoevaluación. Si el resultado nos sitúa en una posición superior (comparación descendente), daría lugar a un incremento de la autoestima. En cambio, si nos situamos en una posición inferior (comparación ascendente) el resultado sería la disminución de la autoestima.
Se ha observado que las comparaciones que hacemos de nosotros en redes sociales están relacionadas con la insatisfacción corporal, ya sean con famosos o desconocidos.
Teoría de la objetivación
Fredrickson y Roberts, autores de esta teoría, explican que la imagen ideal del cuerpo femenino se construye socialmente para ser evaluado. Esto lleva a que las mujeres, y niñas, construyan su imagen corporal en base a un espectador en lugar de tener una percepción y valoración interna.
Esta perspectiva, además de estar sesgada, conlleva una vigilancia constante hacia su cuerpo, generando vergüenza y ansiedad si no corresponde con los cánones de belleza y los consecuentes trastornos alimentarios.
Si bien estamos altamente expuestos a estos mecanismos, el trabajo de nuestra autoestima puede atenuar la influencia de las redes sociales en la imagen corporal. Cuanto más a gusto estemos dentro del cuerpo que habitamos menos nos influirán los factores externos.
Por último, también hay que tener en cuenta, que por mucho que manipulemos nuestro cuerpo, si no cambiamos nuestra forma de pensar y sentir sobre él, si no nos aceptamos, seguiremos sintiéndonos mal y con una imagen corporal negativa. El trabajo de los aspectos emocionales es imprescindible para lograr una imagen corporal adecuada.
Gracias por leerme y ¡hasta pronto! 😎